viernes, 3 de octubre de 2008

El Vino de Mendoza

El Vino de Mendoza.... El vino es la bebida resultante de la transformación del mosto obtenido de las uvas, después de un proceso de fermentaciones, trasiegos, decantados y filtrados.

Cinco son los factores que influyen, para darle cuerpo, a las características de un vino. El primero es la variedad de uva con que ha sido elaborado: cada tipo de uva aporta características y una personalidad indiscutibles.

El segundo factor es el clima : La zona donde esté el viñedo, su latitud y altitud, aportará características diferentes a una misma variedad de uva, al igual que el comportamiento climático de cada año serán decisivos en el sabor de cada gota.

En tercer lugar el suelo, un factor más, que no sólo sirve de soporte de la cepa, sino también de aporte nutritivo a la planta, aportando distintas características a las uvas.

La madurez adecuada de la uva es el cuarto y uno de los factores más importantes: el menor o mayor grado de madurez determinará el nivel de azúcares y acidez

Como último factor se encuentran las prácticas de elaboración: El enólogo, las prácticas y sistemas que se realicen, serán parte de esta bebida que es un elixir en la boca de los hombres.

De esta forma puede elaborar: Vinos jóvenes, de guarda, espumosos o de licor. Siendo Mendoza, la capital de una de las variedades mas famosas del mundo como lo es el Malbec, a continuación se explican los procesos de elaboración más utilizados.

El clima y el suelo son fundamentales para conseguir vinos de calidad, pero no menos importante es el proceso de vinificación. Tanto es así que dependiendo de los procedimientos enológicos empleados en la elaboración, de la mejor uva puede salir un mal vino y de una uva deficiente un vino excelente.

Salvo excepciones, desde primeros días de diciembre hasta mediados de febrero tiene lugar la vendimia, donde ya se hace una primera selección separando los racimos dañados. Seguidamente la uva sana es transportada al lagar de la forma menos agresiva posible, poniendo especial cuidado en que el grano no se deteriore por una excesiva presión, provocando una fermentación
prematura.

La experiencia ha ido imponiendo que el transporte se realice en cajas o pequeños cestos que no sobrepasen los 15 Kg. de capacidad realizado en forma rustica por hombres, que trabajan todos acariciando los granos de fruta perlada.

La descarga de la uva se realiza sobre la "tolva de recepción", una especie de pirámide invertida que a modo de embudo, irá depositando la uva sobre un "sin fin" que la conducirá directamente a la estrujadora, previo análisis del fruto para determinar su estado sanitario y su contenido en azúcares y ácidos.

La estrujadora presionará el grano lo justo para evitar que pepitas y raspones o escobajos (soporte estructural del racimo) se rompan y contaminen el mosto.
La pasta resultante es trasladada por medio de la "bomba de impulsión de pastas" hasta las prensas, sin entrar en contacto con el aire para impedir el inicio de la fermentación.

Si se trata de un vino tinto, antes de proceder al prensado hay que despalillar la pasta. A partir de aquí el proceso tomará distintos caminos bien se trate de tintos, blancos o rosados, por no hablar de cavas o generosos.